30.8 C
Mexico
domingo, julio 6, 2025
InicioOpiniónLos Invasores del Bienestar

Los Invasores del Bienestar

Fecha:

Relacionadas

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

    Foto: 24 Horas

“El éxito es el resultado del esfuerzo y la dedicación”.

   Muchos de nosotros nacimos en la época en que predominaba la cultura del esfuerzo; es decir, el conjunto de valores y creencias que realzan la importancia del trabajo, la perseverancia y la dedicación para lograr metas. En la sociedad se valoraba la disciplina y la responsabilidad. El éxito -nos enseñaron- requiere esfuerzo y mucha dedicación.

  Nuestros abuelos se enorgullecían del trabajo duro, de la tenacidad y de lo mucho que les había costado llegar a donde se encontraban. Nuestros padres nos inculcaban disciplina y nuestros maestros fomentaban la mejora continua y el aprendizaje, además de valores cívicos.

     Las familias se esforzaban mucho para enviar a sus hijos a la escuela, alimentarlos y proveerlos de lo necesario. Comprar un auto, una casa o un departamento requería de ahorros, moderación y mucha constancia para pagar los créditos que se solicitaban, porque solo así podían hacerse de un bien, quienes lograban adquirirlo.

  De un tiempo para acá una parte importante de la sociedad fue abandonando los valores de esa cultura y los cambió por lo que podríamos llamar “comodidad”, menor esfuerzo, búsqueda de atajos, queja constante.

  Nuestro gobierno no ha sido ajeno a todo esto, con sus políticas y la transmisión de sus ideales, ha fomentado la falta de esfuerzo. Recordemos cuando en televisión nacional salió una especialista en educación burlándose de los niños que obtienen altas calificaciones, o cuando nuestro primer mandatario afirmó que se requería para gobernar 90% de honestidad y 10% de capacidad. 

  Los apoyos económicos indiscriminados también han aportado al conformismo y a la falta de motivación.

  Aun más, todos los días vemos en las noticias a funcionarios públicos sin estudios y sin conocimiento de la administración pública y del área en particular que les fue asignada. Quisiéramos suponer que son 90% honestos, pero la realidad ha demostrado que no es así, que no hay honestidad ni preparación.

  En esa misma línea de conducta, hace unos días escuchamos en el programa de televisión del gobierno a un funcionario público que explicó que quienes han invadido casas, que en su momento FOVISSSTE asignó a otras personas trabajadoras, podrán mantenerse en ellas. El gobierno les informará que ahí pueden quedarse, pero que no serán propietarios. Sin dar mayor información a la ciudadanía, comentó también que no tienen intención de desalojar a los invasores.

  Esto significa que nuestro gobierno tutela y protege a quienes han cometido un delito; el delito de despojo: privación ilegal de la propiedad o posesión de un bien.

  Hoy es posible que un grupo de personas invada una casa, se “cuelgue” de los cables de luz para no pagar ese servicio, reciba varias pensiones por edad, por género, por orientación sexual y vivan felices para siempre. Mínimo esfuerzo, nulo respeto de la ley y franca comodidad.

  ¿Cuánto tiempo puede sobrevivir una sociedad así?, ¿qué país están dejando a las generaciones futuras?, ¿merecemos eso?

  Como mujer, madre, profesionista, tengo el convencimiento de que somos responsables de crear un mejor país, de fortalecerlo, de inculcar el respeto a la ley y a los derechos humanos, de fomentar nuevamente la cultura del esfuerzo. El trabajo dignifica al hombre, el estudio lo hace libre, el arte y la belleza alimentan su espíritu. Fomentemos esos valores y dejemos de hacerle creer a las personas que está bien delinquir y esperar a que les den las cosas.

Nacional

spot_imgspot_imgspot_imgspot_img

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí