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Tras el triunfo ante el París Saint Germain, Chelsea se coronó como el mejor club del mundo en Nueva York y para el disgusto de muchos aficionados y futbolistas, el Presidente de los Estados Unidos, que busca en cualquier circunstancia los reflectores para tratar de hacerse presente, se encimó a las fotografías de la entrega del trofeo que otorgó la FIFA al campeón de una competencia en la que participaron 32 equipos de los 5 continentes. Es común que el personaje que entrega la copa al ganador de una final, permite a los jugadores disfrutar el momento y dar un respetuoso paso lateral para no intervenir en el festejo de los deportistas. Trump que se distingue por su estilo brusco y poco diplomático, no lo hizo y apareció prácticamente en todas las fotos y videos que capturaron el momento de gloria del equipo inglés.