El MetLife Stadium de Nueva Jersey, fue testigo de una masterclass del Chelsea que dejó en claro por qué ahora se debe considerar como el mejor club del mundo, tras bailar al PSG y consagrarse campeón del Mundial de Clubes. Con un marcador final de 3‑0 frente al Paris Saint‑Germain, el equipo londinense brilló con autoridad en un torneo espectacular.
La victoria comenzó de manera tempranera. A los 20 minutos, Cole Palmer abrió el marcador con un remate colocado tras una inteligente jugada colectiva. Apenas ocho minutos después, volvió a aparecer para duplicar la ventaja con un disparo certero prácticamente idéntico al anterior, dos goles que reflejaron su olfato goleador y su brillante capacidad para desequilibrar al rival.
El broche lo puso João Pedro, justo antes del descanso, cuando recibió un pase filtrado del mismo Palmer que definió con clase ante Donnarumma para establecer el 3‑0 parcial y dejar el partido casi sentenciado.

Detrás de estos goles, el técnico Enzo Maresca tejió un plan sólido que hizo añicos a la máquina destructiva de Luis Enrique: presión alta para cortar el juego del PSG, transiciones rápidas y sólido control del mediocampo. La solidez defensiva, con un Cucurella intratable, mantuvo al equipo sin recibir ni un solo gol, anulando completamente los intentos de reacción parisinos .
La victoria también marca un nuevo logro para el Chelsea, que tras ganar la Europa Conference League, ahora suma su primer título en esta competición que ahora lo “nombra” el mejor club del mundo.
La reacción del club francés fue tristísima, al final del partido vimos un PSG desbordado de desesperación y hasta Luis Enrique perdió la cabeza y cuando el partido terminó, fue a agredir al jugador brasileño Joao Pedro.
En un torneo pensado como antesala al Mundial de 2026, él Chelsea se coronó ante un PSG que pintaba para cosas aún más grandes.
ENHORABUENA BLUES.