En un movimiento que podría marcar un antes y un después en las relaciones comerciales de Norteamérica, el gobierno de Estados Unidos ha anunciado su intención de iniciar la renegociación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) a partir del próximo mes de octubre. La decisión surge en medio de una creciente tensión por los aranceles y las disputas en sectores clave como el automotriz y el de energías limpias.
El anuncio, que se espera sea formalizado en los próximos días, ha sido recibido con cautela por los gobiernos de México y Canadá. A diferencia de la renegociación del TLCAN, que se llevó a cabo en un ambiente de presión y con plazos estrictos, se prevé que este nuevo proceso sea más estratégico y se enfoque en la modernización y actualización de ciertos capítulos.
Puntos Clave en la Agenda de Washington
La administración estadounidense busca revisar, entre otros, los siguientes puntos:
- Reglas de Origen Automotriz: Se pretende aumentar el porcentaje de contenido regional en los vehículos para que puedan circular sin aranceles.
- Mecanismos de Solución de Controversias: Se buscará fortalecer los paneles de arbitraje para resolver disputas de manera más eficiente.
- Medidas Ambientales y Laborales: Se pondrá especial énfasis en el cumplimiento de los compromisos en materia de derechos laborales y protección ambiental.
- Aranceles a Bienes Específicos: La renegociación podría abrir la puerta a la imposición de aranceles a ciertos productos de México y Canadá, en respuesta a lo que Washington considera “prácticas comerciales injustas”.
México y Canadá en la Mesa de Negociación
En México, la Secretaría de Economía ha declarado que el país está preparado para sentarse en la mesa de negociación. La postura mexicana se centrará en defender los acuerdos alcanzados en 2020 y en mantener la competitividad de sus exportaciones. Por su parte, Canadá ha expresado su preocupación por el proteccionismo de su vecino del sur y ha manifestado su interés en trabajar de forma conjunta con México para contrarrestar las demandas de Estados Unidos.
La renegociación del T-MEC podría tener un impacto significativo en la economía de la región. De no llegar a un acuerdo, se corre el riesgo de que la relación comercial se vuelva más complicada y se generen mayores costos para las empresas y los consumidores.
Se prevé que una reunión trinacional de alto nivel se lleve a cabo a principios de 2026 para establecer la hoja de ruta de las conversaciones. El tiempo se agota, y la incertidumbre en los mercados crece, mientras los tres países se preparan para un nuevo capítulo en la historia de su integración económica.



