Los servicios de emergencia siguen trabajando contrarreloj para localizar a los desaparecidos y rescatar a quienes quedaron bajo los escombros. La comunidad internacional sumó sus esfuerzos con el envío de personal y material humanitario
El viernes, un terremoto de magnitud 7,7 sacudió el centro de Myanmar, causando daños materiales en la capital administrativa, Naypyidaw, y generando temblores que se sintieron ampliamente en Tailandia y el sur de China, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).

El epicentro se localizó al noroeste de la ciudad de Sagaing y a poca profundidad, lo que intensificó su efecto en la superficie. El movimiento ocurrió en horas de la tarde y fue seguido, pocos minutos después, por una réplica de magnitud 6,4 en la misma zona, lo que elevó la alerta en toda la región.
El sismo dejó al menos 1.600 muertos y 3.408 heridos, de acuerdo con el balance oficial más reciente. La cifra de víctimas continúa en aumento mientras las autoridades locales de ambos países y equipos de rescate acceden a las áreas más remotas afectadas por el desastre.